jueves, 31 de agosto de 2017

APARICIÓN CON VIDA DE SANTIAGO MALDONADO

Pagina Oficial - http://www.santiagomaldonado.com/





lunes, 21 de agosto de 2017

Habla la comunidad mapuche: “Santiago estuvo acá, defendió el territorio y lo chupó Gendarmería”


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lavaca estuvo en el Pu Lof en Resistencia, del Departamento de Cushamen, y dialogó con la comunidad a 19 días de la desaparición de Santiago Maldonado. Cómo fue la cronología de la represión, la irrupción de Gendarmería sin orden judicial y el momento en que se llevan al joven. 

Entramos a la camioneta y la primera pregunta es automática:

-¿Cómo están?

El peñi responde en mapudungum durante 12 segundos.

Luego, explica:

-Saludé a toda mi gente mapuche. A la gente no mapuche, también. Contaba que estamos aquí, en la Pu Lof en Resistencia, del Departamento de Cushamen, también agradecido de que se hayan acercado aquí a hablar y estén con nosotros.

Hace exactamente dos años lavaca estuvo en este lugar, ubicado en el paraje Vuelta del Río, localidad de Leleque: se cumplían cinco meses de la recuperación de tierras ancestrales que la comunidad había iniciado en una de las estancias de la multinacional Benetton. En ese entonces eran perseguidos con la Ley Antiterrorista.

Hoy el contexto es una continuidad: hace 19 días que Santiago Maldonado está desaparecido luego de una brutal irrupción desplegada sin orden judicial. En instantes, la comunidad describirá la cronología de hechos que testimonia el desastre.

Antes, en medio de la nieve y los picos blancos de las montañas heladas, el mapuche dirá:

-Estamos bien, dentro de todo el barco en el que estamos ahora. Seguimos con la prisión política de nuestro lonko Facundo Jones Huala desde el 27 de junio, y eso se mantiene de forma ilegal al día de hoy. Nos demanda mucha movilización de gente para pensar bien las cosas, porque sabemos que hoy en día lo que están realizando es una persecución política hacia Facundo, la comunidad e integrantes del pueblo mapuche. Una situación muy áspera por parte del Estado, del Gobierno, y eso también nos obliga a pensar las decisiones que van tomando la comunidad y pensar qué decir hacia afuera. Se ha generado una persecución mediática muy grande por parte de los medios hegemónicos, y eso estamos tratando de contrarrestar.

Cronología de una cacería

El peñi (hermano) habla con su rostro cubierto “por razones de seguridad”, explica:

“El 31 iniciamos un corte a la vera de la Ruta 40. Fue cerca del mediodía, exigiendo la liberación del lonko porque hacía más de un mes que estaba como preso político por orden del juez federal de Bariloche, Gustavo Villanueva. Ya sabíamos lo que había pasado ese día: en una protesta en ese Juzgado, a las 7:15 de la mañana, teníamos seis detenidos. Después del mediodía, ya eran nueve. Habían reprimido muy feo: una lamién (hermana) terminó con un diente roto y otro sacado. Aquí el único método de protesta que tenemos es saltar a la ruta y conversar un poco con la gente para que sepa cuál es el contexto en el que estamos. Nosotros no cortamos la ruta todo el tiempo como dice el juez o el Gobierno de Chubut: tiene que pasar alguna acción ilegal muy fuerte para cortar. Este fue un corte enfrente de la tranquera, parcial, con un carril habilitado. Dábamos panfletos. Durante la primera hora lo hicimos cada 20 minutos. Pero después dejábamos pasar porque entendemos que la lucha que hoy estamos realizando no es contra la gente ni el ciudadano común, sino contra un sistema. Entendemos que la gente tiene que ir a trabajar, llevar a sus hijos o parientes al médico. Aún así es muy difícil que una persona comprenda en 5 minutos la profundidad del conflicto. Pero sí que se pongan a pensar aunque sea un minuto, porque hay mucha desinformación. El corte se mantuvo hasta las 5 de la tarde, que aparece Gendarmería con un Unimog y tres camionetas, cargadísimos. Fue en el cruce de las rutas 40 y 70, a 1 km de aquí”.

Cómo empezó el peor final

Según detalles del expedientes a los que tuvo acceso lavaca, Gendarmería informó que a las 13 horas de ese día se hicieron presentes el primer alférez Daniel Gómez y los oficiales de apellido Coronel, González, Coca Alba, Carmen Saldaño y Echazú. A las 17:15 -mismo horario que describe el peñi-, surge de las actas de los gendarmes que personal a cargo del Comandante Principal Fabián Arturo Méndez, del Escuadrón 35 de El Bolsón, trajo el oficio 972/2017 del Juzgado Federal de Esquel.

“Nos acercamos con algunos peñi hacia el cruce y cuando estamos llegando, empiezan a a efectuar disparos con balas de goma y algunos tiros 9mm que se escucharon. Respondimos con hondas de revoleo. Ahí es cuando se retiran del lugar, y ya 1 ó 2 kilómetros más atrás nos leen una orden de desalojo de la ruta. La orden la desconocemos hasta el día de hoy porque nos la leen por altoparlantes”.

Esa lectura está registrada en uno de los videos que difundió C5N.

Sigue el relato:

“Evaluamos con los peñi y las lamien qué hacer. Entre ellos estaba Santiago, que había llegado ese día para acompañar. Con ideas muy claras: era un pensador que también cultivaba el proyecto de vivir de forma autónoma, como nosotros. Por eso acompañaba el proceso de recuperación. Mantenía siempre activo un sentido de luchar socialmente. Santiago había llegado un rato antes del mediodía y de los cortes. Hicimos el ingreso al campo. Dejamos un pino afuera en la ruta. Gendarmería lo vino a sacar cerca de las 4 de la mañana: ahí apareció un contingente muy grande”.

En las actas del expediente, el primer alférez Gómez informó estos horarios:

· 3:30: personal del Escuadrón Nª 35 de El Bolsón -apoyado por personal del Escuadrón N! 36 de Esquel- aprovecharon que “los manifestantes no se encontraban sobra la ruta 40” y procedieron a desarmar “cuatro barricadas compuestas por palos, árboles cortados, piedras y chatarras distribuidas estratégicamente”.

· 5:30: Labra un acta (fojas 14) en la que expresa que “ante la ausencia de manifestantes no hubo enfrentamiento con personal uniformado”. Y que una vez “despejada la ruta en cumplimiento a la demanda judicial 972/2017 se informó lo actuado al magistrado interviniente telefónicamente”. El magistrado interviniente es Otranto. Es la última vez que se consigna una comunicación con el juez.

La cacería 

Sigue el relato:

“Alrededor de las 6 de la mañana, antes que esclarezca el día, se vuelve a acercar un Unimog con una camioneta con las luces apagadas. Nosotros reflectoriamos desde el lado de adentro del campo y cuando prendimos el reflector, empiezan a disparar desde la ruta hacia adentro. También se empiezan a prender los reflectores del Unimog. Los efectivos llegan hasta el alambre. Ahí hacemos autodefensa de nuevo con la honda de revoleo y piedras y logramos que no ingresen. Se van. Para eso, ya nos habían dejado bastante alerta. Después, tipo mediodía, a las 11, evaluamos seguir con el corte”.

La descripción también coincide con las actas del expediente. Según Gendarmería, a las 11:15, “en cumplimiento del oficio 972/2017 se procedió al despeje del corredor antes mencionado”. Dice el peñi: “Evaluamos seguir porque, más allá de que a las fuerzas represivas las teníamos ahí, entendíamos que no había que dejar de protestar, comprendiendo que lo que quiere el Gobierno es eso”.

Lo que siguió entonces, según el testimonio del peñi, fue la cacería.

“Fata uno”

“Entramos de vuelta a a ruta, pusimos el pino y ya se nos vino todo el contingente de Gendarmería. Nosotros vimos alrededor de 100 efectivos. Hoy los medios afirman que son 80. Les solicitamos la orden. No nos dicen nada. Empiezan a bajar. Les dijimos: ´Si van a reprimir, que sea con una orden. Queremos la orden´. Nunca nos la dieron”.

-¿No la leyeron por altoparlante como el día anterior?

-No, ahí solamente vinieron. Se formaron a lo largo del alambrado. Algunos, campo más arriba, venían disparando con 9 mm. Los del medio venían tirando con escopeta. Empezaron a reprimir. Nosotros hicimos uso de autodefensa de vuelta. Y ahí nos logran correr hacia dentro del campo. Una vez entrando dijimos: “Ya está, era solamente la ruta, ahora la tienen despejada: hagan lo quieran”. Pero cuando nos estábamos dando vuelta para entrar al predio, como yendo para la guardia (una casita de madera), los efectivos siguieron disparando, disparando y disparando, y cuando nos dimos vuelta para mirar, en el plazo de dos segundos, teníamos ya toda la milicada del lado del alambre. Así que ahí dijimos: “Van a querer entrar”. Seguimos peleando como pudimos. Ahí es cuando atraviesan un Unimog, se apuestan unos tiradores detrás y empiezan a disparar. Entonces aparece un efectivo con escudo, que es el que rompe el candado de la tranquera. Otro patea la puerta. Y ahí todos entran corriendo y disparando a los gritos de “agarren a uno, agarren a uno, agarren, agarren”. Tratamos de seguir resistiendo dentro, pero no se pudo más: eran muchos efectivos corriendo al grito de “agarren”. Los disparos no cesaban. Y ahí es donde logramos correr y salvaguardar nuestras vidas tirándonos al río. Nos encontramos todos del otro lado, pero faltaba uno. Y era el compañero que hoy nos sigue faltando.

La media hora clave

-¿Vos fuiste uno de los que cruzó el río?

-Sí. Es el Río Chubut. El cruce fue muy difícil porque íbamos cruzando y los gendarmes nos seguían disparando, tirando piedras. No reconocían que tenían vidas enfrente.

-¿Y luego hicieron la reconstrucción?

-Sí. Ahí dijimos: “Falta el Brujo”. La voz de alto se escuchó en todos lados, porque acá hay un montón de eco. Cuando estamos cruzando se escucha. Lo ven llegar hasta el río, pero no logra cruzar porque era tanta la lluvia de balas y piedras. No conocía la zona tampoco. Se quedó agarrado de una rama, abajo de las matas. Y después se ve lo que decimos: tres efectivos golpeando a alguien, en el mismo lugar donde se encuentran sus cosas después en los rastrillajes, y como cargando algo al Unimog.

-¿El Unimog estaba de culata al río?

-Sí, de culata. A unos 40 metros: está el río, hay una subidita y ahí está el Unimog. Nosotros al llegar al cerro vemos que el Unimog sale soplando para la ruta y sale para el desvió de la Ruta 40. Ahí para otra camioneta al lado, los efectivos hacen toda una pantalla, bajan algo, cargan algo y la camioneta blanca se va soplando rumbo a Esquel. Hay muchas pruebas suficientes ya para lo que es la desaparición del Brujo: la sociedad sabe que el responsable directo es Gendarmería. Se puso en duda si estuvo o no estuvo: sí, estuvo. Santiago estuvo acá, defendió al territorio y lo chupó la Gendarmería.

-Desde el momento en que la Gendarmería irrumpe al territorio y ustedes cruzan el río, ¿cuánto tiempo pasó?

-Media hora habrá sido, más o menos. Si a las 11 comenzó, 11:30 ya estábamos del otro lado del río. Lo de Santiago pasó en ese trayecto.

Fuentes de la investigación dijeron a lavaca que algunos horarios claves para la investigación se podrán definir con certeza en los próximos días cuando accedan a los registros fílmicos de Gendarmería.

La táctica Noceti

El peñi dice que los gendarmes se retiraron entre las 16 y las 17 horas. “Aquí hay responsables: no sólo el juez Guido Otranto, que se le está haciendo costumbre despejar la ruta y dejar vía libre para que hagan lo que quieran, sino también el señor Pablo Noceti (jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad), que es el que detiene a la gente en la subcomisaría de Leleque (tres personas, demoradas por más de seis horas). Estábamos en una situación muy compleja: el lonko iniciando una huelga de hambre sin saber nada del juez ni la causa, 9 detenidos en Bariloche, golpeados, y Noceti, más la campaña mediática en los medios, diseñando ideológica y operacionalmente la táctica que realizó Gendarmería aquí para chuparse a uno. Porque como fue Santiago, podría haber sido cualquier de nosotros”.

-Los acusaron de obstaculizar los rastrillajes.

-El primero fue el sábado (5 de agosto). Viene Prefectura, pero ya nosotros decimos que estaba viciado: antes habían pasado a hablar con los gendarmes que estaban apostados aún en el desvío de la ruta: bajan custodiados por ellos. Fue algo provocativo: ¿ir a conversar con los mismos que se llevaron a Santiago? No tiene gracia. Nos dicen: “Vengo a buscar al pibe ese”. Habían pasado ya varios días y sin mucha sensibilidad nos ataca con eso. Le pedimos la orden. No la tenían. De pronto aparece (el juez) Otranto: “Ahí viene la orden caminando”. Empezamos un diálogo bastante cordial, a pesar de la bronca e impotencia que teníamos. Tratamos de mantener la calma. Hicimos ingresar a la división canina. Bajo las matas encontraron una boina que pesamos que era de otro peñi, pero reconocemos que es con la que apareció Santiago el primer día acá. Y el perro empieza el recorrido y hace todo lo que la comunidad había denunciado: se queda en el lugar donde estuvo el Unimog, baja hasta el río, pasa y vuelve al Unimog. Tres veces lo mismo. Después Prefectura ve toda la costa del río, se tiran al medio, a la orilla y dice: “Es imposible que esté acá. Si se ahogó, estaría entre medio de las ramas”.

-¿En el rastrillaje del miércoles se corroboró lo que ustedes decían¿

-Fue otro ataque de (el juez) Otranto a la comunidad para hacer creer a la sociedad que somos terroristas y que estamos armados. Por eso la cantidad de fuerzas (la APDH y la Comisión Provincial por la Memoria calcularon unos 400 efectivos): voy a un territorio terrorista y por eso tengo que llevar a tantos policías. Durante toda la noche pasaron camionetas por acá: apenas aclareció empezaron a aparecer. Eran alrededor de 30 vehículos. Los hombres decidimos resguardar a los niños llevándolos al otro lado. Dos lamién dialogaron con (el juez) Otranto. Había un helicóptero. Otranto estaba enojado porque en el rastrillaje anterior no lo dejamos entrar un dron. ¿Aquí, en este sector rural, río tupido? No te sirve de mucho, pero a la Inteligencia argentina sí, para conocer el territorio. Había dron, buzos, gomones, perros, y en eso encuentran un collar en un lugar donde ya se había rastrillado la vez anterior. Algo bastante irregular: ¿Cómo entendés que hay un collar, que ahora se llevaron los peritos, en un lugar que ya había sido peritado antes tres veces? Seguimos desconociendo una parte. Y todavía seguimos sin saber dónde está Santiago.

sábado, 19 de agosto de 2017

Crónica de otra persecución

La travesía de mujeres y niños mapuche para llegar a la Pu Lof de Cushamen, mientras se realizaba un violento operativo. Horas por la montaña, miedos y una convicción: “Somos parte de la tierra y la vamos a defender con la vida”. Historias íntimas de un pueblo en resistencia.


Ella nunca viajó en helicóptero. Ella nunca había escuchado tan cerca el motor ni las hélices de un helicóptero. Ella, que tuvo que esconderse, nunca se había escondido de un helicóptero.

Ella, una anciana de la Lof; una lamién; una hermana, en Mapuche.

El helicóptero, parte del operativo “hollywoodense” que ordenó el juez Guido Otranto.

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Con el mismo miedo y la misma convicción de esa lamién, otras dos mujeres fueron las primeras en toparse con el ejército ambulante: más de 150 oficiales de la Policía Federal, de Río Negro, de Chubut, Aeroportuaria, efectivos de Prefectura, gomones, drones, buzos, perros.

Y un helicóptero.

Dos mujeres se pusieron adelante para pedir explicaciones por semejante operativo. El juez, rodeado de efectivos encapuchados y armados para una guerra, las ignoró.

Todos esos hombres armados, las pasaron por arriba. Y el rastrillaje fue, bajo decisión judicial, por las malas o por las malas.

Ante tamaña demostración de fuerza, los peñi, los hermanos, volvieron a correr tierra adentro. Volvieron a cruzar a las apuradas el río Chubut. Volvieron a vivir el 1 de agosto, cuando Gendarmería se llevó al Brujo, ese compañero no mapuche del que pocos sabían su nombre. Del que nadie conocía el apellido, “porque acá no se pregunta el apellido”.

Hoy, todos saben su nombre. Y su apellido. Santiago, Maldonado.

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“Como vimos que se lo llevaron, salimos a buscarlo por todos los escuadrones de Gendarmería y comisarías de la zona. Al recibirnos nos decían: 'Espere un segundo', y tardaban y tardaban. Después aparecía otro gendarme que nos decía lo mismo. Y así en cada lugar adonde fuimos. Se acababan de llevar a nuestro compañero, pero nos tomaban el pelo”, relata otra lamién, de pañuelo blanco y violeta, del que sale una prolija trenza negra. Ella, junto a su hijo de diez años, se acurrucó bajo un poncho, entre las ramas, a dos metros de ese río transparente de deshielo.

Ella fue la primera en escuchar el helicóptero. En seguida, empezamos a camuflarnos.

—Sáquese esa campera blanca— me dijo una lamién. Fue una orden susurrada. Luego colocó un fardo de ramas arriba del escondite que habían elegido su hija y su sobrina.

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Pasadas las siete y media de la mañana del miércoles llegó el mensaje de texto: “Otranto salió con mucha policía desde Esquel hacia la Lof. Asistir. Difundir”.

Unos minutos después, en medio de llamadas urgentes a miembros de la comunidad, periodistas y organismos de Derechos Humanos, un auto salía de El Bolsón rumbo a Pu Lof en Resistencia del Departamento de Cushamen, poco más de 60 kilómetros al sur por la ruta 40. Adelante, dos lamién; atrás, la hija de una de ellas, y los ojos de Cítrica.

El sol -tímido aún- no le daba a las cumbres del Piltri esa blancura tan blanca, que ya se notaba mayor al día anterior: arriba, había nevado a la noche.

En el zigzagueante camino de montaña, mientras la señal lo permitía, los teléfonos ardían. Había que avisar. Había que saber algo más de lo que estaba pasando. De la mano de enfrente, cuatro caranchos se disputaban un animal atropellado. En el estéreo sonaba una banda de rap mapuche. Pero desde diferentes comunidades informaban que las radios, en ese momento, mentían: “La ruta está cortada por una protesta mapuche”, repetían.

En el camino viejo de El Maitén constatamos lo que ya nos habían advertido por mensaje: los tres accesos posibles a la comunidad estaban interrumpidos por orden del juez Otranto.

Allá adelante, seis efectivos y dos móviles impedían el paso: uno de la Federal, otro de la Policía provincial.

No nos dejaron pasar. De mal modo nos pidieron que nos identificáramos, y cuando le pedimos lo mismo se alejaron del auto. Acto seguido, dos de los efectivos sacaron sus teléfonos celulares, y comenzaron a filmarnos. Grabaron el auto de frente, de costado, nuestras caras y la patente. “Esto es cosa de todos los días para nosotras”, dijo una lamién.

De la nada, apareció una camioneta de Gendarmería. Bajó la velocidad y prácticamente rozó el auto.

“Vamos, se está poniendo feo”, dijo una lamién. Apenas dimos la vuelta, nos topamos con otros dos vehículos, manejados por mujeres de la comunidad.

“Hay que llegar como sea, la última vez que hubo un operativo así ya sabemos lo que pasó”, dijo una lamién. En dos segundos, los tres autos volaban por un camino vecinal. La idea era ingresar por atrás a la Lof, pero era difícil. Benetton invirtió en el territorio: alambrados y tranqueras.

Buscaron un lugar relativamente escondido para los autos, y comenzó la caminata. Éramos dieciséis personas. Todas mujeres y niños de la comunidad, un peñi y los ojos -más abiertos- de Cítrica.

No había señal.

Desde la altura se veían delimitadas las plantaciones de pinos, otro de los emprendimientos del empresario italiano dueño de un millón de hectáreas en la zona. Y más allá, antes de la ruta, se divisaban móviles y móviles de las diferentes fuerzas, realizando el operativo.

“Hay que llegar a lo alto y hacer un fuego, para que sepan que no están solos. Que nosotros estamos acá, acompañándolos”, dijo la lamién que iba adelante, a paso apurado. Atrás de todo, la más anciana quedaba rezagada, llevada del brazo por una joven.

Cada tanto frenaban y la esperaban.

“No se preocupen por mí. Yo llego hasta donde llego. La prioridad es la prioridad”, decía la abuela, que vestía dos ponchos, jogging azul gastado y zapatillas negras.

A lo lejos se veía un tinglado blanco. “Esa es la comunidad Vuelta del Río. En 2003 hubo un desalojo muy violento. Subieron hasta con tanques. Allí hay un proyecto para hacer una escuelita mapuche. Pero hace tiempo que lo tienen parado”, dice una lamién, que también va describiendo la vegetación: “Palo de piche, pata negra, michai, charco, neneo, coirones; esas matas altas son cepa de caballo. Y eso de espinas grandes, es moye; antes se usaban para hacer agujas. La mayoría se usa para Lawen, medicinas, o también para teñir”.

En la larga caminata, con la cordillera siempre de testigo, a kilómetros se veían casas de madera perdidas en la nada, ovejas desperdigadas o en grupitos, algún que otro caballo, y más de cien cabras corriendo. Y en el medio de esa inmensidad, una zapatilla Adidas perdida.

Sólo por momentos, el viento decía "acá estoy".

A pocos metros del río Chubut, cerca de la orilla, una manta verde y negra hace las veces de puerta. En una ventana mal tapada, un nylon negro se sacude y hace gritar al viento. “Acá quédese usted, ñaña, escondida cerca”, le dijo la lamién que iba adelante, a la anciana que ya casi no podía seguir.

“Tengo una vértebra quebrada. Pero si me quedo en casa es peor, porque estoy muy nerviosa, sin saber lo que está pasando”.

Unos pasos más y estábamos, por fin, dentro del territorio de la Lof. “¿Pero qué hacemos con él? No es mapuche, no puede entrar”, dijo una lamién y miró a los ojos de Cítrica, ahora gigantes.

Es una decisión de los últimos días. Algo que tiene que ver con la espiritualidad mapuche. Algo que saben que es difícil de entender para el “winka”, para el no mapuche. Por eso se miraron, hicieron una ronda y después de unos segundos, una lamién dijo: “El territorio ya está invadido, está militarizado. Si todas nos hacemos cargo de la decisión, que venga con nosotras. Y si aparece la Policía, que diga que es periodista, eso puede ser una protección”.

Todas estuvieron de acuerdo y empezó el tramo más tenso. Casi enseguida ocurrió la secuencia del helicóptero. Duró esos pocos segundos, que suelen ser eternos. A partir de ese momento, todo fue susurros, y mirar constantemente para arriba. Íbamos bordeando el río, en una zona muy tupida, de ramas secas.

“Por acá intentó cruzar Santiago”.

Pocos metros adelante, nos detuvimos. Tomamos agua y nos sentamos, mientras el único peñi que venía con nosotros fue a inspeccionar el camino.

Uno de los chicos, de vincha verde y azul, con los mocos colgando, jugaba con un palito. Lo doblaba y trataba de trenzarlo. “Esto es una trampa para ratones”, decía.

Sentado sobre ramas o piedras, prácticamente en silencio, todo el grupo esperaba, semioculto. ¿Qué hubiera pasado si en ese u otro momento nos descubría el “ejército” de Otranto?

“Si aparecen, usted diga que es periodista. Igual ya estamos acostumbradas. Por más que nos vean, nosotras tenemos que seguir. Hay que llegar, para garantizar la integridad de nuestra gente. Seguro nos peguen por más que estemos con los chicos, como tantas otras veces”.

Un ruido de pájaro rompió el silencio. ¿Un grito? “Sí, vamos”, dijo una lamién. Subimos una loma bien empinada, y desde la altura vimos cómo las tres cuadras de móviles se retiraban por la ruta. El operativo había terminado.

Dos lamién fueron a buscar a la abuelita, que se puso contenta cuando se enteró de que todos estaban bien en la Lof, y que la Policía se había ido. “Tiene para escribir un libro con la historia de la lucha mapuche. Acá es dónde tenemos que estar, en nuestra tierra, con nuestra gente. De acá no nos vamos ir”.

viernes, 18 de agosto de 2017

Sin orden judicial y a los tiros: así entró la Gendarmería a territorio mapuche cuando desapareció Santiago

Desde Esquel, Lavaca pudo acceder a la causa penal por la desaparición forzada de Santiago Maldonado en la que se consigna un listado con parte de los efectivos de Gendarmería que participaron de la represión el 1 de agosto. El expediente, además, narra la secuencia de hechos desde que los mapuches cortan la ruta, hasta que los gendarmes deciden entrar sin orden del juez a los territorios de la comunidad. Justo antes del desastre, el racconto de hechos se detiene. Luego, los gendarmes se pasan culpas.

Las causas que investigan la desaparición Maldonado se cruzan en un expediente que lleva adelante el Ministerio Público Fiscal en el que la Gendarmería narra la secuencia de hechos hasta el momento en que entró a territorio mapuche. Según informes que requiere el Ministerio Público Fiscal a Gendarmería, esta fuerza ingresó al Pu Lof a las 11:15, hasta que a las 16:30 finaliza el informe relatando que “se repliega a su asiento natural”. En el medio, Santiago desapareció.

Causas y consecuencia

Las causas que investigan la desaparición Maldonado se dividen en la acumulación de habeas corpus que lleva adelante el Juzgado Federal de Esquel -a cargo del doctor Guido Otranto- y el expediente penal por la desaparición forzada del joven de 28 años que encabeza la fiscal federal Silvina Ávila. Hay una tercera causa que les labraron a tres personas que ingresaron y salieron del Pu Lof en Resistencia del Departamento de Cushamen, previo a la represión del 1 de agosto.

Lavaca tuvo acceso a información del expediente por la investigación penal por la desaparición forzada de Maldonado que lleva adelante la fiscal Ávila. Consigna una serie de informes que el 7 de agosto de este año el Ministerio Público Fiscal requiere a los Escuadrones 35 y 36 de Gendarmería. En ellos se detallan algunos de los nombres del personal asignado el 31 de julio y el 1 de agosto (día que Santiago fue visto por última vez), en distintos horarios.

Lo más relevante que surge de los informes es que la Gendarmería entró a la comunidad sin orden judicial. Ni siquiera – como aseguró la ministra de Seguridad Patricia Bullrich ayer en el Senado- hubo una llamada telefónica que habilitara el procedimiento: el expediente refiere que las 11:15 del 1 de agosto, luego de un enfrentamiento en la ruta con mapuches, los gendarmes “ingresan a través de la tranquera a fin de proceder a la aprehensión de los agresores”.

La lista incompleta

Todo comienza el 31 de julio. En los detalles del expediente que refieren a los hechos de ese día ya comienzan a figurar algunos nombres de los efectivos que participaron. A las 13 horas, se hacen presente entre los km 1848 y 1849 de la Ruta 40 los gendarmes de apellido Gómez, Coronel, González, Coca Alba, Carmen Saldaño y Echazú. A las 17:15 -mismo día- surge que personal a cargo del Comandante Principal Fabían Arturo Méndez, del Escuadrón 35 de El Bolsón, trae el oficio 972/2017 del Juzgado Federal de Esquel. Esa es la orden para despejar la ruta 40 de los cortes. Más tarde, a las 19:20, consigna que “se hacen fotografías y filmaciones por ser zona despoblada sin testigos”.

Luego, el expediente ya pasa a los hechos de la madrugada del 1 de agosto.

La represión

Según las fojas del expediente que lleva la fiscal federal Ávila, la cronología de los hechos fue así:
3:30 de la madrugada: El 1er Alférez Daniel Gómez informa que personal del Escuadrón 35 de El Bolsón -apoyado por personal del Escuadrón 36 de Esquel- aprovecharon que “los manifestantes no se encontraban sobra la ruta 40” y procedieron a desarmar “cuatro barricadas compuestas por palos, árboles cortados, piedras y chatarras distribuidas estratégicamente”.
5:30: Gómez labra un acta (fojas 14) en la que expresa que “ante la ausencia de manifestantes no hubo enfrentamiento con personal uniformado”. Y que una vez “despejada la ruta en cumplimiento a la demanda judicial 972/2017 se informó lo actuado al magistrado interviniente telefónicamente”. El magistrado interviniente es el doctor Otranto. Es la última vez que se consigna una comunicación con el juez.
9:00: Gómez observa un vehículo color gris que ingresa por un camino al margen de la ruta 40 “a la construcción que se encuentra a 400 metros”.
10:30: Personal apostado observa al auto salir “y ordena a un vehículo oficial realizar un seguimiento controlado”. En ese momento detienen a dos mujeres y un hombre que viajaban allí. Fueron liberados pero les labraron la causa 3144/2017: “NN s/ entorpecimiento de servicios públicos”.
11:15: “En cumplimiento del oficio 972/2017 se procedió al despeje del corredor antes mencionado”. Comienza el desalojo a los integrantes de la comunidad que exigían la liberación de Jones Huala. El acta dice que eran “entre 8 y 10 personas obstruyendo la normal circulación”. Dice que estaban “encapuchadas ostentando piedras en sus manos que comienzan a lanzar hacia el personal de Gendarmería”.

El horario coincide con el relato de la comunidad a la Revista Cítrica: los integrantes del Pu Lof describen que entraron a la ruta “a eso de las once de la mañana”; que bajó un contingente “de unos cien gendarmes y empezaron abrir fuego sin hacer asco a nada”; que se replegaron al territorio porque pensaron que sólo querían despejar la ruta pero “siguieron tiroteando para adentro” y “cruzaron el alambrado”. En ese momento en el expediente Gendarmería confirma la versión mapuche: dice que los gendarmes “ingresan a través de la tranquera a fin de proceder a la aprehensión de los agresores”. Fuentes de la investigación dicen a lavaca que esa acta está labrada mano, y que no especifica el momento exacto del ingreso: según testimonios se produjo entre las 12 y las 14.
13:30: los gendarmes informan dos efectivos lastimados con heridas cortantes en el pómulo y el cuero cabelludo. Surgen nuevos nombres: el subalférez Emanuel Echazu, el cabo Aníbal Ernesto Yáñez, la cabo enfermera Rita Arijona. También aparece el nombre del comandante Juan Carlos Escola: el subalférez Echazu firma en el acta (fojas 18/20) diciendo que Escola estaba a cargo del procedimiento por parte del Escuadrón 36 de Esquel.
Finaliza el informe a las 16:30: “Se repliegan a su asiento natural”.

Internas

El 4 de agosto (fojas 9/43) surge otro dato: el comandante del Escuadron 36 de Gendarmería, Juan Pablo Badie , dice que “ellos no hicieron actuaciones sino el Escuadrón 35 de El Bolsón”, y ellos acompañan.

La aclaración tiene su efecto: el 7 de agosto el Ministerio Público Fiscal requiere a los Escuadrones 35 y 36 estos nombres del responsable personal asignado, horario de inicio y fin de registro de guardia. El comandante del Escuadrón 36 de Esquel, Juan Pablo Badié, contesta el 8 de agosto quiénes fueron los supuestos efectivos que participaron en apoyo al operativo “a cargo” del Escuadrón 35 y da 8 apellidos más: Lozano, Gauna, Ocampo, Sánchez, Ahumada, Leguizamón, Enciso, y Escola, a cargo del operativo.

Sin embargo, sobre la cantidad de gendarmes hay un vacío: más de allá de lo aportado por los Escuadrones a la fiscal federal, los testigos de la comunidad aseguran que fueron muchos más. Un dato llamativo que da lugar a la sospecha: fuentes de la investigación se alarman de la cantidad de gendarmes mujeres señaladas, en relación a la mayoría de hombres de los escuadrones que participaron.

lunes, 14 de agosto de 2017

El guía comunitario de las montañas

Ariel Prieto trabaja en Cachi, en la zona de Las Pailas, mostrando imponentes montañas a los turistas.

Por Antonio Gaspar

Ariel tiene uno de los mejores oficios en el mundo. Jan Touzeau

Ariel Prieto tiene uno de los mejores oficios que se pueda pretender. Le pagan para salir a recorrer las montañas que parecen pintadas de los Valles Calchaquíes. El hombre tiene 22 años y es guía turístico de Cachi; más precisamente de la zona de Las Pailas.

Se trata de una región distante a uno 15 kilómetros de la cabecera departamental, en un paisaje montañoso, de viñas verdes y dominado por el Nevado de Cachi. Se debe aclarar que Ariel no es un guía de turismo como cualquier otro, sin llegar a desmerecer a los demás trabajadores del rubro. Ariel es un guía de turismo comunitario. Y por eso se encarga de aclararlo constantemente.


Trabajo alucinante


El vallisto lleva a los visitantes a paseos por una ciudad sagrada de las comunidades originarias, cruza ríos con aguas de deshielo, atraviesa zonas de cultivos, se detiene en miradores imponentes, recorriendo caminos de tiempos inmemorables. 
De pronto recupera las fuerzas con queso de cabra, con bollos hechos por las manos hermanas de su territorio, se toma un api caliente y sigue su camino. 

Ariel integra una red de turismo diaguita calchaquí que se extiende por todos los valles del mismo nombre. Son trabajadores que le apuntan a una forma alternativa de ver el turismo. “Nuestra forma de trabajar con los visitantes es diferente al de los operadores tradicionales. No es mejor ni peor; es otra”, cuenta. 

“Nosotros apuntamos a que la gente que nos visita comience a conocer la cosmovisión de los pueblos originarios de los Valles Calchaquíes, que aprendan de nuestra cultura y a la vez nosotros aprender de quienes llegan a estos lados”, le dice Ariel a El Tribuno en la presentación de la muestra “Destino Cachi”, que está en exhibición actualmente en el Centro Cultural América.

Si bien la idea ya está siendo desarrollada en otros lados, el Encuentro Nacional de Organizaciones de Pueblos Originarios (Enotpo) viene trabajando con el turismo comunitario desde hace un buen tiempo. Ariel trabaja de guía comunitario desde hace 4 años y está feliz con su identidad con el cruce de saberes que plantea este tipo de turismos. 

“Acá vienen muchos profesionales de todo el mundo a conocer nuestro pedacito de territorio. Nuestra propuesta es que se aprende del modo de vivir ancestral que tenemos y a la vez que nuestra gente pueda conocer otras formas de ver la vida”, dice. “Entonces los turistas de pronto participan de todo el trabajo de elaboración de quesos; desde el ordeñe de las cabras hasta la venta en la feria municipal. También se puede estar en los campos de los pimenteros o trabajar con los artesanos de los vinos de altura en la vendimia o producción”, agrega con tentación el protagonista.

No solamente es el trabajo sino también consideraciones de la soberanía alimentaria, ya que los Valles Calchaquíes guardan una variedad tan grande de alimentos saludables. Están a la vanguardia de los cultivos orgánicos y de las diferentes tradiciones ancestrales de agroecología. 

“Lo que más vienen son abogados. Muchos se alojan en casas familiares y comparten la vida cotidiana. Yo disfruto mucho de mi trabajo porque los visitantes son como una gran compañía que vienen para que salgamos a caminar por El Algarrobal, Las Arcas, La Paya o San José”, dice orgullosos, y agrega: “También podemos visitar los telares y los talleres de los artesanos. Esta profesión es como un verdadero diálogo entre culturas y yo me nutro de ello”.

“Tenemos un recorrido por el territorio ancestral de las comunidades La Aguada, El Algarrobal y Las Pailas, probando el dulce de las uvas que pronto se harán vinos producidos artesanalmente por las comunidades”, dice en tono poeta.


"Muchos vienen a Cachi por los ovni"


Ariel Prieto, el joven guía de turismo comunitario, también contó que muchos llegan a Cachi a buscarlo por realizar avistaje de ovnis, lo cual puede resultar muy llamativo al sólo pensarlo.

Ese lugar de Salta tiene fama en todo el mundo por avistaje de objetos voladores no identificados.

"Yo no puedo ofrecer algo que no sé qué es. Sí, se ven luces y cosas que vuelas, pero yo no sé de qué se trata ni es asegurado el avistaje de cosas raras en el cielo por lo que no se puede vender algo así", aclara el muchacho.

Con el paisaje es suficiente. Su gente forma parte de él, ya que el cacheño está adherido a la tierra como parte fundamental.


Malestar


"Acá vinieron y huaquearon (saquearon) todos nuestros lugares sagrados, nuestro territorio. Hablo de arqueólogos, antropólogos y de los museos que se llevaron parte de nuestra historia como identidad. De algún modo extraño, mi trabajo sirve para preservar nuestro territorio y nuestra cultura", concluye Ariel, el guía de las montañas.


Publicado en: El Tribuno

sábado, 12 de agosto de 2017

Declaración del Pueblo Diaguita Cacano (Santiago del Estero) frente a la desaparición forzada de Santiago Maldonado


El Pueblo Diaguita Cacano se solidariza con la hermana Nación Mapuche en sus luchas por los derechos territoriales y a la autodeterminación, y condena la desaparición forzada del ciudadano Santiago Maldonado.

Las luchas de nuestros pueblos por la reafirmación y plena vigencia de derechos consagrados en la Constitución Argentina que reconoce la posesión y propiedad comunitaria de los territorios y tierras que tradicionalmente ocupamos, así como la entrega de otras tierras aptas y suficientes para el desarrollo humano (art. 75, inc. 17); la defensa de nuestra Madre Tierra frente a la acumulación capitalista basada en la explotación, condenando al desarraigo y la pobreza a miles de familias, comunidades campesinas y pueblos originarios. Estas luchas, legítimas, han sido y son criminalizadas por gobiernos que hacen uso del Estado como custodio del capital, reprimiendo, encarcelando, desapareciendo, asesinando.

Frente a la grave situación ocurrida en el territorio del Pu-Lof en Resistencia Cushamen, hacemos propias las voces de las organizaciones que se levantaron para denunciar el retorno de prácticas ajenas a un Estado de Derecho y exigimos:

- Inmediata aparición con vida del compañero Santiago Maldonado.

- Juicio político a la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich.

- Juicio penal contra Pablo Nocetti (presente en la represión) por el supuesto delito de autoría ideológica de represión seguida de desaparición forzada.


El gobierno nacional de Macri es responsable político del sufrimiento físico, psicológico y espiritual producido a Santiago Maldonado.

Nosotros Comunidades mapuche- tehuelche decimos que “Siempre estuvimos, estamos y estaremos en nuestro territorio y defenderemos una vida digna en ellos”

Comunicado Público
Comunidades Mapuche Tehuelche
Puelmapu, 11 agosto del 2017

Nosotros, las comunidades Mapuche-Tehuelche: VUELTA DEL RIO, SANTA ROSA LELEKE, LOF CAYUN (Lago Puelo), LOF CAÑIO, ÑIRIPIL (Buenos Aires Chico), NEWEN MOLFUN (Pico Truncado Sta. Cruz) y CALFU NAO nos solidarizamos con los familiares de Santiago Maldonado desaparecido en un contexto de represión a una comunidad mapuche, y exigimos su aparición con vida a todas las autoridades políticas, judiciales y demás fuerzas represivas responsables y cómplices de que esta situación haya llegado a las instancias actuales.

Nosotros, comunidades Mapuche-Tehuelche repudiamos enérgicamente el accionar represivo del estado en sus distintas instancias, una vez más, en contra del Pueblo Mapuche, la criminalización de la protesta social y el nulo valor que la vida tiene para el gobierno. Somos conscientes que un hecho como este se puede repetir y que ninguno de nosotros está –y nunca estuvo- exento a sufrir el autoritarismo y arbitrariedad estatal. Ante esto nos preguntamos: ¿A cambio y en pos de qué intereses mezquinos y egoístas desaparece una persona? Nos preguntamos: ¿En nombre y justificación de qué, como parte de los Pueblos Originarios de este país, tendríamos que aceptar que nos nieguen y atenten en contra de la defensa de nuestras vidas, de nuestros territorios y de nuestras subsistencias?

Para nosotros, que venimos resistiendo ancestralmente por existir desde el principio de los tiempos, los engaños, la manipulación, los hostigamientos por parte del estado --y sectores privados-- y las persecuciones, forman parte de nuestra historia de vida colectiva. Nuestros papay; lonkos; pillan kushe; kuifikecheyem fueron impunemente avasallados y, desde entonces, se ha persistido en quitarnos toda posibilidad de autodeterminar nuestras vidas comunitarias. Hoy, cuando la historia da testimonio de que somos lo que el genocidio del estado dejó, nuestras memorias nos cuentan cómo sobrevivimos y por qué aún estamos vivos. Entonces, porque esto ya nos pasó, es que hoy estamos con la familia de Santiago, los acompañamos y nos solidarizamos con ellos.

Porque nosotros, Comunidades mapuche tehuelche, nunca convalidaremos el silenciamiento, la desinformación, la negligencia, el miedo, el agravio a la vida, las mentiras. También decimos que esto es una prueba más del fracaso con el modo en que las autoridades vienen abordando la realidad que plantean las Comunidades Indígenas. También es el resultado de la falta histórica de polí- ticas de acceso a la tierra y al territorio, la falta de diálogo por parte de las autoridades municipales, provinciales y nacionales, ignorancia y falta de preparación de funcionarios e interlocutores que el estado designa para tratar las cuestiones relativas a los Pueblos Originarios. También es la falta de comprensión de que existe una deuda histórica del Estado con los Pueblos Originarios que se debe reparar con diálogo, igualdad, respeto y autocrítica por parte del Estado, y no con violencia, represión, provocaciones y discriminación. Es el resultado de instituciones ausentes como el INAI, el IAC y Dirección de Asuntos Indígenas de la provincia que no ponen en vigencia nuestros Derechos consagrados en la Constitución y Tratados Internacionales. Y es el resultado, también, de la incapacidad y falta de voluntad que han demostrado amplios sectores de la sociedad para revisar nuestra propia historia colectiva y prefieren, en cambio, quedarse en el agravio y la descalificación.

En defensa de la vida de todos y denunciando las injusticias a las que todos estamos expuestos: Nosotros Comunidades mapuche- tehuelche decimos que “Siempre estuvimos, estamos y estaremos en nuestro territorio y defenderemos una vida digna en ellos” y reiteramos que exigimos la aparición con vida de Santiago Maldonado. Marichi weu, Marichi weu, Marichi weu, Marichi weu.


ADHIEREN Y ACOMPAÑAN: - Cátedra Abierta de Pueblos originarios: memoria y recuperación – UNPSJB- Trelew. - Colectivo Radio Comunitaria PETU MOGELIÑ (El Maitén). - Comunidad de radio Sudaca, fm comunitaria- Trelew- - Asamblea Comarcal contra el Saqueo - UAC – Trelew - Grupo de investigación en interculturalidad y educación del Centro Regional Universitario Bariloche, Universidad Nacional del Comahue - Cátedra abierta de Comunicación Comunitaria- UNPSJB- Trelew. - Cátedra Abierta de Estudios Urbanos y Territoriales- UNPSJB- Tw- - Cátedra Libre de Pueblos Originarios- UNPSJB- Comodoro - Comisión Contra la Impunidad y por la Justicia del Chubut. - ATECH - CTA de los trabajadores – Chubut - Asociación Docentes Universitarios- Sede Trelew- - STIA (sindicato de la Alimentación – Chubut) - Unión Obrera Ladrillera de la Rep. Argentina.(Delegación Chubut) - Multisectorial del Valle del Rio Chubut. - Movimiento Ecuménico Derechos Humanos (MEDH)- Regional Trelew. - Agrupación Patria siempre- Rawson- - Movimiento socialista de los trabajadores. - Partido MAPU – Chubut- - Movimiento Territorial 28 de Agosto (Trelew) - Nuevo Encuentro Chubut

Por Verdad, Memoria y Justicia.

Aparición con vida de Santiago Maldonado y solidaridad con su familia en este dificil momento!!!!


10-08-2017
Comunicado:

Organización Territorial Nor Feleal   

                              
En nombre de la organización Nor Feleal del Chubut, compuesta por tres zonales: zona sur, cordillera y meseta.Queremos hacer manifiesta nuestra preocupación acerca de los hechos  de violencia que sufre nuestro pueblo y por la desaparición de personas, catalogándonos después, de violentos y terroristas, ya que nos responsabilizan de generar violencia y el pueblo mapuche tehuelche tiene en claro que desde la creación del Estado argentino,hasta la fecha no han dejado de instigar a la violencia despojándonos de nuestro territorio jurídica y políticamente convirtiéndonos en esclavos de la sociedad capitalista.

Pu peñi, pu lamgen: cada cuatro años cuando nos llevan a las urnas, ahí no somos violentos, se pelean por nuestro voto .

A ustedes los políticos: les queremos recordar que hoy están en el poder gracias a la mayoría de votos de  la población originaria acentada en este país. También recalcamos que el gobierno de la provincia de Chubut, en su discurso dice tenernos en su agenda para brindarnos el tratamiento adecuado de nuestro territorio y en la práctica es cómplice de la represión y el despojo de los territorios.

Lamentamos y nos preocupa que el Peñi Antonio Fermín se auto proclame la gran autoridad de los lonkos, de las más de de ciento diez Comunidades acentadas en la provincia del Chubut, repitiendo el discurso del Estado en su propio beneficio.

Cabe aclarar que esta Organización y las Comunidades  no bajarán los brazos por el reclamo justo del  territorio con la convicción y las herramientas que nos dejaron nuestros ancestros.


Aparición con vida de Santiago Maldonado y solidaridad con su familia en este dificil momento!!!!


Libertad al Lonko Facundo Jones Huala!!!!


Nunca más ... por Verdad, Memoria y Justicia.

Marri chiweu-Marri chiweu.